FIN DE AÑO ESCOLAR: ¿APROBADO?
El inicio de la fase final de cada año escolar es en algunos casos motivo de preocupación, tanto para los padres como para los propios muchachos, quienes tienen en sus manos la última oportunidad para aprobar el año escolar.
Por María Angélica Villota
LA RECTA FINAL
Son muchos los padres que comienzan en esta época del año una de las etapas con mayores expectativas e incertidumbres, pues de acuerdo al rendimiento escolar acumulado de sus hijos no tienen la certeza de saber si ellos aprobarán o no el año escolar en curso.
EL ESFUERZO DE UN EQUIPO: LA FAMILIA
Independientemente de tratarse de educación pública o privada, y del nivel que se curse, el esfuerzo que representa levantarse diariamente temprano, tener el uniforme escolar a punto y tener listo el morral con los libros, cuadernos y tareas que se utilizarán cada día, ya implica por si mismo un desgaste y a la vez un esfuerzo que se debe realizar recurrentemente cada semana por espacio de los 220 días hábiles que contempla el año escolar en nuestro país. Aunado a esto y ya enfocándose específicamente en los adolescentes de bachillerato, puede comenzar a aparecer la preocupación por saber que las calificaciones acumuladas hasta el momento están por debajo de los requerimientos para aprobar el año escolar, lo que vuelve la situación cuesta arriba para estos padres, quienes adicionalmente a los esfuerzos antes señalados, están envueltos en infinidad de compromisos laborales y familiares que requieren de su atención y que no pueden desatenderse por ayudar a sus hijos en el cumplimiento de sus deberes. En la mayoría de los casos esta preocupación viene de parte de los padres, cuando comprenden que su rol no finaliza por efectos de que sus hijos estén estudiando en bachillerato, y que por lo tanto deben seguir atendiéndolos, orientándolos y apoyándolos, pues es realmente una de las etapas más conflictivas del desarrollo del ser humano. También puede ocurrir, que esta preocupación se origine directamente en los adolescentes, quienes de forma responsable sienten que han hecho su mejor esfuerzo pero aun con eso no llegan a cumplir las exigencias escolares requeridas, y les piden ayuda a sus padres.
BÚSQUEDA DE SOLUCIONES
Es entonces cuando comienzan los trajines para ver qué se puede hacer para resolver una situación no deseada y eventualmente inesperada que a primera vista no se presenta fácil de resolver. Los padres sienten entonces que el entorno se vuelve negativo y el ambiente familiar se pudiera tornar hostil, pues la sensación es que los adolescentes los defraudaron y no cumplieron con los deberes que les correspondían, originando una frustración familiar por el tiempo empleado y los resultados obtenidos. En otras ocasiones, si verdaderamente la preocupación está referida a los mismos resultados, su origen pudiera ser el de una falla a nivel de concentración, motivación o de técnicas de estudio que el adolescente no está en capacidad de analizar, y que eventualmente se pudiera interpretar como una debilidad de su parte. Sea por una razón o por otra, es importante la consulta de los padres con especialistas que los orienten en descifrar las razones que originaron el problema así como la búsqueda de soluciones rápidas al mismo.
EFECTIVIDAD Y COMPROMISO
Dependiendo de cada caso, si la situación se ataja a esta altura del año escolar, es probable que recurriendo a profesionales de experiencia en el área, se puedan organizar clases extraordinarias dirigidas a recuperar las calificaciones y evitar la pérdida del año escolar. Evidentemente, es importante que los padres tengan claro que la cantidad de materias aplazadas y la actitud de sus hijos hacia el estudio intensivo, organizado y personalizado de materias que seguramente no son de su agrado, requerirá una responsabilidad y compromiso especial que serán factores claves para el éxito de un esfuerzo que en definitiva lo hace la familia como un todo.
HAY QUE ANALIZAR Y REENCAUZAR PROPÓSITOS
En situaciones como éstas, a pesar de que el tiempo apremie, es importante hacer un alto en el camino y reflexionar, para poder analizar cuáles han sido las razones que condujeron al cambio de rumbo de acuerdo a lo pautado para el inicio del año escolar, y sin necesidad de sacar culpables de la situación, lo importante es buscar las soluciones y tenerlas en cuenta para oportunidades futuras. Esto no sólo les evitará dolores de cabeza a los padres, sino también momentos incómodos a sus hijos, quienes poco a poco entenderán la recompensa que trae el esfuerzo por el cumplimiento de sus deberes y la ganancia que representa los conocimientos adquiridos.
TIP 1:
Es necesario reconocer a tiempo la posibilidad de un fracaso escolar y buscar rápidamente una solución para evitarlo.
TIP 2:
El asesoramiento profesional es imprescindible para el logro de soluciones rápidas y efectivas.
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